miércoles, 23 de mayo de 2012

Madurez de la infancia.

Supongo que no te das cuenta, si no no destrozarías aquello que dices que quieres tanto. Permíteme discrepar. 

Todo era perfecto, las cosas iban sobre ruedas, dos simples mensajes sincerando parte de nuestra historia nos hacia sonreír a la abrasadora luz del Sol. Poco duraría esto, al llegar el superficialismo a la realidad. 

Haces pensar que eres diferente repetidas veces, pero no acabo de creer si es real. Dices que maduras, pero no lo demuestras, tus simples contestaciones de cría, de "quince" años. 

Miras a la gente por encima del hombro, te crees superior, lo eres, pero no acabo de saber en que ámbitos.

Supongo que la cuerda que me ata a ti es demasiado fuerte como para romperla ahora, tras otra serie de comentarios a destiempo. No se que me pasa contigo, no se si es amor, amistad o desesperación, no se como explicárselo a aquellos que realmente les importo, quizá porque ni yo lo se, no se si una conversación sincera contigo al cien por cien podría ayudar, o simplemente volverme a tirar al vacío existencial.


No hay comentarios:

Publicar un comentario